domingo, noviembre 29, 2009

LA FELICIDAD Y EL ARBOL

Me estaba acordando de un monje budista que conocí hace muchos años atrás, en casa de una amiga. Recuerdo que entre tantas cosas que hablamos, tocamos el tema de la felicidad, que es el objetivo final que tenemos todas las personas en la vida, pero oculta tras otras cosas o ideas, como la libertad, los logros económicos, emocionales, sociales: ser profesional, tener casa propia, viajar, tener familia, sobrevivir una enfermedad, e incluso morirse.

Desde su filosofía hindú, las cosas no son la felicidad en sí misma, son medios para alcanzarla, pero que no hay que quedarse pegados en ellas, sino tratar de ver en lo que ellas nos pueden ayudar. Que la felicidad está en valorar y disfrutar lo que se tiene y, en vez de eso, nos amargamos en anhelar lo que se podría tener y peleamos a toda costa por lograrlo, lo que a la larga causa frustración y,por lo mismo, infelicidad haciéndonos caer en un círculo vicioso. Pero que no se trataba de mediocridad, sino de avanzar sin mirar al rededor, de mirarse las manos y ver lo que pueden hacer.

Algunas ideas para ser feliz según su filosofía son: disfrutar al máximo lo que se tiene, aprovechar el momento, ser ordenado, reconocer los errores, disculparse, agradecer, amar, darse tiempo de hacer lo que a uno le gusta y siempre antes de hacer o decir algo salir de uno mismo y ponerse en el lugar de la otra persona.

De él recuerdo la idea de dedicarse a sembrar árboles, porque para su visión, plantar un árbol requiere esforzarse por trabajar la paciencia y la persistencia. Porque según cómo un árbol se cuida es cómo crece y para que crezca hay que esperar y estar atento a como crece el árbol. Finalmente, la felicidad está en lograr la sombra que dé el árbol, y si da frutos, mejor. Mientras el árbol crece se pueden plantar muchos más.

No hay comentarios.: