sábado, septiembre 02, 2006

ALMEJAS

Qué bicho puede ser más simpático que una almeja. Porfiadas hasta decir basta, las almejas se obstinan siempre por no dejarse abrir incluso por el más amenazante de los cuchillos. Son el símbolo máximo de la resistencia. Uno las va a abrir, fuerzan, se resisten; se las invade con cuchillo, el cuchillo entra, sueltan jugo, entonces ahí, cuando uno cree que ganó la batalla, se ayuda con las manos, saca el cuchillo para no cortarse y… se cierran.

Creo seriamente que las almejas deben ser comunistas (talvez su nombre científico sea algo como Mariscus Gladys-Marinus o Almejus Marxis) Sí, porque si analizamos, se parecen a las ostras, pero no tienen perla y se visten con una concha con trama de poncho nortino… como que les falta la pura llamita. Mientras las ostras y los ostiones se lucen en comidas y cócteles ABC1, las almejas lo hacen en la mesa C2 y C3, componiendo la caña del trasnochado. Son las más proletarias de todos los mariscos con concha, siempre resistentes a la opresión del cuchillo, amigas de la cebolla y el vino y son populares en el Mercado y en las ferias libres, donde siempre lucen vivas, cerradísimas. En cambio, cuando las tienen en el supermercado ya están con la lengua afuera, vencidas, derrotadas, exhibidas en su peor momento por el modelo capitalista. En las ferias es distinto, ahí, se lucen resistentes junto al pueblo, al feriano sacrificado y al campesino que vende el fruto de su esfuerzo, esperando que alguien las tome en cuenta.

Además, son simples, basta un limón para lucirse.

Genial. Salud por las almejas.

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